Este 31 de marzo, Domingo de Pascua, el Papa Francisco presidió la Santa Misa en una Plaza de San Pedro abarrotada de fieles y peregrinos de todo el mundo. 

A las 10.00 a.m. (hora de Roma), dio comienzo la Eucaristía, presidida por el Santo Padre desde el atrio de la plaza, revestida con las tradicionales y coloridas flores holandesas que llegan cada Pascua hasta el Vaticano. 

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La ceremonia inició con el tradicional rito del “Resurrexit”, en el que dos diáconos abrieron un antiguo icono que representa a Cristo y el Santo Padre rezó ante él y más tarde lo incensó.

Posteriormente, el Papa Francisco realizó el rito de aspersión con agua bendita a los fieles presentes en la Misa. 

Tras las lecturas, se cantó la secuencia de Pascua y la proclamación del Evangelio se cantó primero en latín y después en griego.

Cabe destacar que el Papa Francisco no pronunció ninguna homilía y como cada año permaneció en silencio para invitar a los fieles a realizar una reflexión personal. 

Al finalizar la Santa Misa se cantó el Regina Coeli y, por último, el Papa Francisco saludó personalmente a cada uno de los Cardenales presentes y recorrió Vía della Conciliazione en el papamóvil para saludar a los fieles.

Tras su importante mensaje pascual, el Papa Francisco impartió la Bendición Urbi et Orbi desde el balcón central de la fachada de la Basílica de San Pedro.